9 de noviembre de 2020

Conmemoración del Día del Cuidador y Cuidadora

El 5 de noviembre se conmemora a nivel mundial el Día del Cuidador y la Cuidadora, buscando visibilizar la enorme labor que realizan miles de personas entregando sus vidas al cuidado, generalmente, de un familiar que se encuentra en situación de dependencia por alguna discapacidad, condición médica o por envejecimiento.

Como Fundación, en que a partir de distintos programas de discapacidad intelectual y personas mayores acompañamos a cuidadores, quisimos dar relevancia no sólo a este día si no al impacto que tiene esta realidad en las familias del sector norponiente de Santiago realizando piezas de material audiovisual con experiencias y datos, que hemos publicado en nuestras redes.

Y es que en Chile las cifras son elocuentes respecto de lo que significa entregar una vida al cuidado de otro/a. Los datos entregados por el Ministerio de Desarrollo Social dan cuenta que:

  • “El rol de cuidador es desempeñado mayoritariamente por familiares mujeres, identificadas como cuidadoras informales (90%).
  • En un 65% de los casos de personas que cuidan a otro, esta labor recae sólo en una persona, lo que deriva en que el 88% de quienes cumplen este rol no han tenido descanso en el último año. Es más, los mismos declaran no haber tenido vacaciones en los últimos 6 años.
  • Actualmente casi el 90% de los cuidadores son mujeres, de más de 53 años de edad. La mayoría de ellas se dedica a tiempo completo a esta labor, y en más de la mitad de los casos, se deben agregar las labores domésticas que realizan”.

Por otra parte, un estudio hecho por la Pontificia Universidad Católica, sobre esta materia, asegura: “Las consecuencias de las actividades de cuidado sobre el cuidador son múltiples. No solamente el estado de salud física se ve empeorado, sino que también la salud psicológica y el bienestar subjetivo se ven mermados. El estrés, la depresión, el cansancio son algunas de las nociones más recurrentes que los cuidadores asocian a su estado de salud… El aislamiento social es otro resultado de desempeñar labores de cuidado. Esta pérdida de vínculos sociales –desde los lazos familiares, de amistad y amorosos- no es solamente reconocido como un hecho actual de la situación de los cuidadores, sino además es percibido como algo irrevocable a mediano plazo. En parte, el deterioro de los vínculos sociales se asocia al hecho que los cuidadores han debido dejar de participar de actividades de ocio y labores remuneradas – es decir, actividades que posibilitan y facilitan los vínculos sociales. El no trabajar remuneradamente, además, afecta directamente la situación económica del cuidador informal. De esta manera, el cuidador informal no solamente se encuentra en una situación de vulnerabilidad psicológica, emocional, social y física, sino además en una situación de precariedad material/económica”.

En la Fundación, durante todo el mes de noviembre, continuaremos con la difusión de material con el objetivo de concientizar y sensibilizar sobre la necesidad urgente que existe, de que el Estado, a través de políticas públicas,  pueda cumpla un rol en esta realidad en que viven miles de personas y familias en el país.

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