15 de diciembre de 2023

30 aniversario de Fundación Cerro Navia Joven

Cómo resumir 30 años en pocas palabras: hablar de la misión y de los principios que nos han inspirado, de los primeros años de la Fundación (vinculados a las comunidades cristianas del sector, la casa de acogida de la Vicaria de la Esperanza Joven, el jardín infantil con el  Hogar de Cristo), o de estos últimos años, asolados por la pandemia  apoyando con cajas de alimentos, colaborando además de lo que hemos hecho con Jardines Infantiles y Escuelas del Servicio local de Barrancas y  entre otros temas preocupados del medio ambiente y de los migrantes.

No sé si hablar de los aciertos o de los fracasos, de la serie de programas que hemos ido abriendo llenos de esperanza o de los que hemos tenido que cerrar porque no resultaban. Tengo que hablar de lo difícil que es trabajar en pobreza, de no tener recursos, y al mismo tiempo de crecer, acoger urgencias, confiando en que Dios proveerá, y que “no faltará la harina en la tinaja ni el aceite en la vasija”. (cómo dice el libro de Reyes en el antiguo testamento 1, 17, 14).

Hablar de que somos expresión de la solidaridad de la iglesia y que Don Enrique Alvear, obispo de los pobres, nos inspira. 

¿De qué hablar, cuando se cumplen 30 años? Hablaré de todo y desordenadamente (como me caracteriza).

Primero de números.

Hoy participan alrededor de 1.000 personas en distintos ciclos vitales y con problemáticas y desafíos muy diversas. Somos 131 educadores/as; 53 de nosotros/as contratados, solo 5 a honorarios, 10 financiados por terceros y 63 voluntarios/as.

La mayoría de los educadores/as son de este sector norponiente de la ciudad, contamos además con muchos estudiantes en práctica de variadas universidades. 

Trabajamos en equipos interdisciplinarios especialmente de las áreas de la educación, de la salud y lo social. De carreras técnicas, educación superior y educadoras comunitarias, que funcionamos en siete centros comunitarios repartidos por Cerro Navia, Pudahuel y en sedes de Lo Prado.

En las tres comunas de Barrancas viven cerca de 500 mil personas, 34,6% de ellas en pobreza multidimensional (en Santiago es un 20%).

Segundo de la misión que nos ha inspirado, la de siempre, la de ayer y la de hoy. Fuimos llamados a asumir una tarea que otros no podían asumir.

Después de tanta solidaridad eclesial durante la dictadura, había desafíos que las comunidades no podían acometer. Las urgencias del lugar nos fueron llamando, y claro no podíamos solos, eran muchas; fuimos instancia mediadora para que otros trabajaran en Cerro Navia, soñando juntos, compartiendo ideas, vinculando recursos e instituciones al territorio.

La Misión, la transformación social en un territorio con mucha pobreza, precariedad y vulneraciones.

Prestando un servicio que se realiza desde las personas y con las personas, sus familias, organizaciones, escuelas, jardines infantiles de las poblaciones.

La clave, con humildad, ha sido el trato digno, la justicia, la responsabilidad por los demás, el cuidado por el otro y la otra.

Un llamado cristiano a responsabilizarnos activamente de las dificultades y problemas de la injusticia, de la pobreza.

Con recursos públicos y privados del mundo empresarial y de la sociedad civil.

Tercero de los educadores y las educadoras. ¿De quiénes somos?

Somos educadores/as, los y las que aquí trabajamos, nos llamamos educadores/as, pero hemos intentado acoger la sabiduría de Paulo Freire que afirma que se entrelazan entre nosotros/as el “educador-educando con el educando educador”, porque “nadie educa a nadie; tampoco nadie se educa solo, pues los seres humanos nos educamos entre sí, mediatizados por el mundo

Hemos bebido de la educación popular, y como canta Neruda, “He aprendido la vida, de la vida; Y no pude enseñar a nadie nada sino cuanto tuve de común con otros hombres” y agrego con otras mujeres.

Somos educadores y educadoras, pero no somos los 131 los actuales; somos una caravana larga de muchos y muchas en estos 30 años, la mayoría de los que iniciaron la fundación ya no están, hay varios que llegaron después y ya no continúan, muchos y muchas se han integrado hace 10, 5, 3, 2 años, y también hace algunos meses. Nos hemos ido entregando un báculo, un testimonio, porque la misión continua, gracias a que hay relevo.

La mies es mucha las obreras son pocas, estos 30 años son fruto del compromiso de muchos y muchas y en distintos momentos, por distintas circunstancias han partido a otros trabajos, a sus hogares, otros países, otras regiones, y también al cielo.

El conjunto ha hecho posible el milagro que ha multiplicado panes.

He hablado de números y de la misión, de la educación liberadora o popular y de los educadores y educadoras, que quisiéramos ser.

¿Qué decir, cuando se cumplen 30 años?

Termino volviendo al origen y al presente. A la fuente, a la inspiración, al origen.

Me siguen resonando y ha sido vida, las palabras del padre Bernardo Martin, sacerdote Columbano de esta población y fundador: “Niniza, que nadie quede afuera…”. Hemos dado el máximo para ser fieles a su mandato, y también me resuena Don Enrique… “desde los pobres se aprende” a ser pastor, a ser educador/a, a servir. ¡Tantos y tantas personas que nos han enseñado!

Vuelvo al presente.

A este nuevo tiempo, nuevas necesidades, nuevas rutas. Manteniendo firmes nuestra misión. Integramos el trabajo a los jardines infantiles de Barrancas, temas urgentes como la educación emocional, los migrantes, el cuidado del medioambiente.

Agradezco… a Dios, a mi familia, a todas las personas del directorio actual y los pasados. A todos y todas mis compañeros y compañeras de trabajo actual y los pasados, a las instituciones que han colaborado, con las que hemos trabajado, a los municipios; especialmente al de Cerro Navia, comuna que nos aloja y nos da origen. A Mauro, alcalde de esta comuna y amigo. 

Muchas gracias y a quienes soñaron antes y conmigo esta locura.

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