Desde un cuentacuentos hasta un seminario de autocuidado: distintas formas de acompañar
En Fundación Cerro Navia Joven creemos firmemente que todas las personas tienen algo valioso que compartir, y que el voluntariado es una forma concreta de tejer comunidad, sembrar bienestar y transformar vidas. No se trata solo de ayudar: se trata de estar, de entregar tiempo, escucha y afecto desde lo que cada persona sabe y puede ofrecer.
Esta semana vivimos dos experiencias que reflejan con fuerza ese espíritu. Ambas diferentes, pero con un mismo corazón: el deseo genuino de estar al servicio de otros/as.
Un cuentacuentos que sembró ternura y sonrisas
Gracias al equipo de voluntarios/as de ITAU, nuestras niñas y niños disfrutaron de un mágico cuentacuentos lleno de juego, risa y emoción. Fue una jornada lúdica, sensible y muy significativa para ellas/os —y también para quienes lo facilitaron—.
Detrás de cada historia leída en voz alta, hubo tiempo, cariño y compromiso, ingredientes que no siempre están disponibles en la vida cotidiana de muchas infancias. Actividades como esta contribuyen al desarrollo emocional, fortalecen el lenguaje y generan recuerdos que dejan huella.


Cuidarse también es un acto colectivo: jornada para personas mayores
En el marco del Mes de las Personas Mayores, realizamos un hermoso seminario dedicado al autocuidado, la reflexión y el bienestar integral, donde más de 50 personas participaron activamente.
Contamos con tres expositoras que, desde sus saberes, aportaron a la conversación sobre salud, envejecimiento y calidad de vida:
- Pamela Valdebenito, enfermera matrona, habló sobre el cuidado de la piel y su importancia en esta etapa de la vida.
- Sangeeta Teg Kaur, nutricionista, nos invitó a reconectar con la alimentación bajo el lema “Cosechando lo vivido”.
- Mikaela Contente, terapeuta ocupacional en formación, abordó la sexualidad en personas mayores con sensibilidad y apertura.
La jornada cerró con un cóctel que permitió conversar, compartir y conectar.


¿Tú también quieres dejar huella?
Estas actividades nos recuerdan que el voluntariado no tiene una sola forma. Puedes acompañar a niñas/os con cuentos y juegos, o compartir tus conocimientos sobre salud, arte, bienestar o emociones. Puedes enseñar, escuchar, crear, pintar o simplemente estar.
¿Y si tú también tienes algo que puedes ofrecer?