Nuestros Principios

La acción que Cerro Navia Joven ha desarrollado todos estos años, en una opción por realizar un trabajo de carácter territorial, ha sido orientada por la inspiración del legado de Don Enrique Alvear, y por criterios y principios desarrollados, en un discernimiento conjunto el año 1994 – 1995, que la misma práctica y la historia han sido ocasión para confirmarlos, modificarlos y enriquecerlos.

Responder efectivamente a las necesidades y urgencias reales del sector.

 El punto de partida de nuestra acción es el otro, es la necesidad del otro, el otro que se asume con sus carencias, dificultades y potencialidades.

Es importante mantener flexibilidad y libertad para responder a las necesidades, debiendo ser la realidad  la que marque el rumbo de la acción. Se requiere de  diagnósticos  actualizados permanentemente, de sentidos agudizados, de disposición personal y comunitaria, para ser capaces de adaptar con libertad y creatividad los planes y programas o cambiar de rumbo si así fuese necesario.  Se debe estar dispuesto a ser desinstalados por la realidad.

Las necesidades de la comuna son múltiples, la opción en éste sentido es ser respuesta a situaciones límites, entendiendo por esto, aquello que no es abordado por otros y aquello que requiere de atención urgente. En ocasiones éste límite coincide con los más pobres, en otras no, más bien con la exclusión social o con alto riesgo social.

Frente a la multiplicidad de necesidades y urgencias, no se puede dar respuestas a todo, debiendo dar el uso más eficiente a las herramientas y recursos existentes.

En relación al nivel de problemas que se enfrentan es necesario dar respuestas efectivas y concretas, donde se brinden espacios y oportunidades a las personas. El trabajo debe ser efectivo, centrado en las personas y los procesos y no sólo en los resultados.

Privilegiar el aporte local.

Los problemas y necesidades que se quieren resolver no son de responsabilidad exclusiva de cerro navia joven, se debe reconocer y potenciar las posibilidades que existen tanto en las personas como en la comunidad de brindarle solución. En este sentido, las acciones deben reconocerse como impulsor e iniciador de experiencias posibles a ser asumidas o compartidas por otros. Ser canal para que los recursos materiales y especialmente los humanos del sector y la comuna puedan transformarse en servicios de otros.

Privilegiamos el aporte local, por que creemos que  involucrar a la propia comunidad y a los propios afectados en la solución de sus problemas más graves, es la solución más realista, en el largo plazo, para remediar los males de la extrema pobreza y de los grupos más vulnerables e indefensos de la población. La familia tiene un rol fundamental en la solución de sus problemas, debe ser preocupación permanente en cualquiera de los planes del Cerro navia joven, su habilitación y fomento de compromiso.

Existe capacidad local de enfrentar los problemas y de búsqueda adecuada de soluciones, debemos creer en estas posibilidades  y no limitar el protagonismo del sector, para lo que se requiere de flexibilidad en el trabajo tanto en lo teórico como en lo práctico. Se ha procurado seguir el criterio de que nada que puede ser realizado por alguien del sector sea hecho por alguien de fuera.

El privilegiar el aporte local implica que pueden involucrarse directamente personas del sector tanto en la ideación como en la  acción de los programas. Las formas pueden ser remuneradas, lo que permite que las acciones sean  fuente de trabajo para algunos, y para otros, como acción solidaria, facilitando el voluntariado.

El trabajo en red, tanto con otras instituciones como las organizaciones del sector, debe complementar y potenciar el que hacer. Es necesario, escuchar permanentemente a otros que trabajan los mismos temas y a la vez dar a conocer lo que se hace y ofrece desde los programas. Existe la responsabilidad de aportar lo aprendido.

Recibir en forma mediadora los apoyos personales, institucionales y de todo tipo de recursos de fuera del sector.

La condición de posibilidad de que los recursos y apoyos sean eficaces y dignos está en la mediación y canalización que de ellos haga Cerro Navia Joven, en cuanto a institución local. Estos apoyos permiten lograr una mejor atención y calidad en el servicio que se brinda. Se potencian las posibilidades de servicio canalizando recursos materiales o financieros no existentes en el sector. Se posibilita el aporte de profesionales y voluntarios que refuercen el trabajo que se realiza.

Se debe lograr una mediación entre estos recursos externos y la acción de los programas, procurando se respete la cultura local y la forma de hacer las cosas. Esta mediación, especialmente cuando se trata de apoyos personales e institucionales deben considerar los otros principios  involucrados en la acción.

Este vínculo debe ser digno tanto para quien recibe el servicio como para quienes lo dan, en éste sentido hay aprendizaje y beneficios mutuos.

La canalización de recursos permite y hace posible la implementación concreta de los programas, apoya en alguna medida la equidad-distribución-justicia.

Generar e implementar un tipo de solidaridad institucionalizada.

Cerro Navia Joven ha sido expresión y un modo de hacer visible la acción solidaria de la iglesia para con los pobres y los jóvenes. En un momento en que han mermado las organizaciones, los proyectos y las acciones solidarias, tanto a nivel eclesial como comunal, se busca consolidar e institucionalizar nuestras respuestas y servicios para hacerlos más efectivas y  duraderas. Solidaridad institucionalizada que quiere complementar la solidaridad espontánea, organizada y amplia de la que hablaba el Obispo de la Zona Oeste, Don Enrique Alvear.

Para estar en condiciones de responder con eficacia a situaciones límites y urgencias específicas se requiere crear una institución que de apoyo a los proyectos, sustentabilidad a las organizaciones, permanencia a las iniciativas.

Esta institucionalización del propio servicio quiere ser una característica tanto de lo que se realiza al interior de los Programas como de lo que se realiza colaborando con otros en la comuna, que ya asumen acciones solidarias o se encuentran motivados o en condición de hacerlo, lo hagan. El aporte se concretiza en canalizar recursos y esfuerzos, en estimular y apoyar ideas, sin necesidad de apropiarse de ellas, ni querer convertirlas en funcionales para la acción.

En muchos casos puede implicar la complementación de lo ya existente, esto obliga a compartir las experiencias, a lograr una mayor profesionalización, donde las fuerzas no están centradas en competitividad con otros, sino más bien en la corresponsabilidad.

Ofrecer un servicio de calidad y con espíritu cristiano.

La calidad en el servicio, implica buscar lo más adecuado, lo mejor para quienes se sirve. Necesariamente invita a un respeto profundo por ellos y por su dignidad y a un compromiso con su situación y su dolor.

Se requiere de complementación de los equipos de trabajo, de un profundo compromiso humano, de entrega profesional y personal, la que debe ser permanentemente perfeccionada tanto con la práctica como con estudios y capacitaciones.

La calidad del trabajo es alentada por los valores cristianos, que dispone personalmente al trabajo y compromete en forma vital. Debe existir gratuidad absoluta, donde no se espera retribución para seguir actuando.

El sentido cristiano de la acción, la mística de servicio que nos inspira, no pretende traducirse primariamente en una confesionalidad explícita, sino en la calidad y la coherencia de nuestra acción.

Estos valores cristianos si bien deben ser reflejados en todo el accionar, no pueden ser impuestos a aquellos a quienes se sirve.